
Un corazón cerrado no escucha a Dios. Un corazón cerrado no permite que Él le diga su voluntad porque Dios solo habla en el corazón. Es fácil y difícil escucharlo, fácil porque Dios siempre habla y desea hacerlo; difícil porque nosotros no queremos escucharlo. AMA Y LO OIRÁS SIEMPRE.







Debe estar conectado para enviar un comentario.