Hoy celebramos el preludio de una dicha para toda la humanidad que la acepte y es que Dios envió a sus Ángeles a buscar a María cuando su tiempo en la tierra llegó a su final.
María sube al cielo envuelta en Ángeles y de la mano de su Hijo Jesús; pero fiel a su vida de Amor, no nos olvida y en Dios ruega por nosotros dándonos su auxilio.
Bienaventurada Virgen María, porque has creído que lo que el Señor te dijo se cumplirá.








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