Yo, Dios Padre, te di a luz y te saqué de la oscuridad del no ser.
Yo, Dios Hijo, te di mi Misericordia y mi perdón para que llegaras a Mí.
Y Yo, Dios Espíritu Santo, te di mi capacidad de Amar para que puedas alcanzar las más altas cotas a las que has sido llamado.
Los Tres habitamos en tí desde tu nacimiento a la vida, y aún cuando nos echaste fuera, Nosotros te rodeamos para que nada malo te sucediera. Te queremos aquí con Nosotros y no temas caminar. Cuando llegue el momento en que tu alma se desprenda del cuerpo será una suave brisa al atardecer. Cuando suceda lo comprenderás.