Entra en el Portal y contempla por unos instantes la Fe:
– Fe de Dios en la humildad: María y José cuidan de Dios, Él, pequeño, depende de ellos.
– Fe de María en Dios. Se fía. Viaja con una mula para empadronarse y le llega la hora, no hay casa, no hay hospital, no hay médicos; hay una cuadrada y allí tiene a Jesús, lejos de su familia, de sus amigos, de quien la podía ayudar. ¿Está sola? No, no está sola, está con Dios y con José.
Quien la ve dirá: una pobre mujer que da a luz sola. No fue en Nazareth, su casa, fue en Belén domde Él prometió y quiso. Pero la promesa no hablaba de un palacio, no decía donde. Ella tiene Fe en Él.
– Fe de José, cree que Jesús es Hijo de una Virgen. Fe ciega de un hombre enamorado de una mujer y de Dios. No se siente engañado, no piensa en que no es hijo suyo. Él piensa: "He sido escogido entre todos los hombres para la "paternidad" más importante, educar y cuidar al Salvador.
José cree lo que Dios le dice, aunque sus sentidos y el mundo digan y piensen de otra forma.