En esta época de Adviento, Dios nos da a María como el módelo a seguir.
El Espíritu Santo la cubrió con su Sombra y sus vecinos y amigos no vieron la grandeza de su ser. Ella fue el primer Sagrario del mundo. En la humildad de su casa de Nazareth, contempla la llegada del Mesias al mundo.
Ella es imagen y semejanza de Dios.