Que noche oscura la que alberga el miedo. No hay salida, no hay solución. Todo parece derrumbarse y nada queda. De pronto se siente el viento que entra por todas partes renovando lo viejo, creando lo nuevo y la Luz del Espíritu rompiendo la oscuridad de mi miedo. ¡Oh, amanecer dichoso! que hace a una generación valiente, llena de los dones que la harán inmortal.
Feliz domingo de Pentecostés. Feliz llama de amor viva que quema el corazón y nos hace confesar que Jesús es el Señor.