Te miro Señor y la alegría me desborda, estás ahora y aquí conmigo, tu Luz me envuelve y me llena de tu Sabiduría. Tu sangre embriaga mi alma y tu agua calma mi sed. Maestro, que siempre bien dices de mí, encontrarte en el camino de mi vida fue mi gran éxito. Nada temo porque Tú vas conmigo, amigo fiel que cuando hablas llenas de alegría mi alma.
Poderoso Jesús que has vencido a la muerte, creo que algún día me llamarás a la Vida, entonces cesarán los miedos y permanecerá el Amor.