Creer a Dios es lo mejor y más grande que nos puede suceder en la vida. Creer en Dios, no porque sepamos de su existencia sino porque confiamos absolutamente en Él, porque nos guía y protege. Él busca nuestro bien y cuando nos habla al corazón, nuestra vida renace.
Creer a Dios es una actitud permanente de escucha y adoración, de contemplación y acatamiento de su voluntad. Es un sí continuo desde nuestra libertad.
Si crees a Dios tienes asegurado el Cielo en el Cielo y en la Tierra.
Creer a Dios es hermoso, serio, constructivo y único. Sólo desde esta experiencia podemos empezar a entender todo lo demás que nos ocurre y rodea.
Cree a Dios y la felicidad llenará tu vida como el mar invade las playas en olas de Amor.
Sé feliz.