Nuestra puerta para la felicidad o la desdicha es la mente. En ella se gestan las maldades y también los bienes. Procura limpiar los pensamientos de envidias y vanidades, de miedos y temores y deja que el sosiego de Dios la invada. Entonces tus obras hablaran de lo que está dentro de ti para bien tuyo.
No busques en el pasado lo que tienes hoy. Allí las espinas o se disfrazan o se agrandan. Lo mismo pasa con las rosas.
Mira en tu presente a la eternidad, es lo más parecido y en ese presente es Dios. Comunícate con Él, te escuchará.
Saludos y bien venida al nuevo portal. Estoy seguro de que en muy pocos días no tendrá secreto para nosotros. Un abrazo.