AMOR parte II

 

 

Necesito explicar aquí la anterior entrada ya que creo que fue algo imprecisa:

“No busques a Dios en la tienda de la Ley, de los mandamientos y del miedo” Quería expresar que la Antigua Alianza ya no vale porque Jesús vive hoy y lo hice haciendo referencia a la tienda que en el desierto llevaba el Arca de la Alianza con las Tablas de la Ley; también al velo del Templo que nos separaba de Dios a consecuencia de nuestro pecado y que se rasga en el momento de la muerte de Jesús. “Busca a Dios en la tienda del Amor porque Dios es Amor“: Busca a Dios en la “Nueva Tienda”, es decir, busca a Dios en el Sagrario donde reina Dios Amor con su entrega total. Desde la Última Cena, el Señor nos dejó esta maravillosa presencia física en el nuevo Tabernáculo al cual podemos acceder ahora y entrar a la presencia de Dios, porque Jesucristo restauró la relación que estaba rota a causa de nuestros pecados. Y utilizo la palabra “tienda” debido a algunas traducciones del Evangelio de S Juan: ” La Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros”, es decir puso su tienda entre las nuestras, vive entre nosotros….
Que Dios es Amor lo dice S Juan y por lo tanto la Iglesia. Ser habitado por Dios creo que es una verdad. Dios se comunica porque una de sus Personas es la Palabra. Cuando experimentas esto en tu vida, sobre todo si fuiste “hijo pródigo” y sentiste el abrazo del Padre al volver a su Casa por la puerta del sacramento de la Penitencia, tu vida cambia. No puedes ser el joven rico que cumple los mandamientos y pierde la oportunidad de vender sus bienes y dárselo a los pobres para ser santo. Creo que nacimos para Dios y, como S Agustín , ojalá lo encontremos tan cerca como Él es.
Dar culto a Dios y servir a la humanidad es cumplir el amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

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4 respuestas a AMOR parte II

  1. Ana Azul dijo:

    Todo se reduce al amor de Dios, es la base y raíz de todo lo demás. Besos
    Ana

  2. Jesucristo es el Camino, la verdad y la vida.
    La JMJ nos ha indicado que: » Cimentados y arraigados en Cristo».
    Amando a Dios y a los hermanos.
    Maribel, un abrazo y muchas bendiciones para ti.

  3. Betsi dijo:

    ¿Por qué Cristo es el Cordero?

    Jesús, después de comer la cena pascual, sustituye al cordero pascual por Sí mismo.

    En el Antiguo Testamento había otro tipo de sacrificios: los sacrificios de alianza. La Alianza entre Yavé y su pueblo, por el cual éste se comprometía a cumplir lo pedido por Dios, se sella mediante un rito de sangre. Así dice Moisés a los israelitas, una vez hecha la Alianza: “Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos” (Ex. 24, 3-8).

    Esa era la “Antigua Alianza”. Pero en la Ultima Cena, al presentar el cáliz lleno de vino, Jesús dice: “Este es el cáliz de la Nueva Alianza, la cual se sella con mi Sangre”. (Ya no era sangre de animales, sino la Sangre del Hijo de Dios la que sella la Nueva Alianza).

    Estaba anunciando el Señor su muerte al día siguiente, el verdadero Cordero sacrificado en la Cruz y su Sangre derramada, con la cual sellaría la Nueva Alianza.

    El Cuerpo entregado y su Sangre derramada hacen de la muerte de Cristo un sacrificio singular: sacrificio de alianza, que sustituye la Antigua Alianza del Sinaí por esta Nueva Alianza, en la cual el Cordero es Cristo, y en la que no se derrama sangre de animales, sino ¡nada menos! que la del mismo Hijo de Dios.

    Y todo este sacrificio de Jesús, para nuestra redención: todo esto por mí y para mí. Y esta Nueva Alianza es perfecta, puesto que Jesús nos redime de nuestros pecados y nos asegura para siempre el acceso a Dios y la posibilidad de vivir unidos a El, mediante la recepción de su Cuerpo y de su Sangre en la Comunión, Sacramento de salvación que nos dejó instituido en el primer Jueves Santo de la historia y que con razón celebra nuevamente la Iglesia en la Fiesta de Corpus Christi.

    “Tomen y coman todos de él, porque este es mi Cuerpo que será entregado por ustedes.” “Toman y beban. Este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva y Eterna, que será derramada por ustedes y por todos para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria mía”.

    En cada Santa Misa celebrada en cualquier parte del mundo tenemos su Presencia Real y Viva en medio de nosotros, para reconocerlo y adorarlo en la Hostia Consagrada, y para ser alimento de nuestra vida espiritual cuando lo recibimos en la Sagrada Comunión.

    ¡Oh Regalo infinito! ¡Oh Regalo de Amor!

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