Para formar parte de esta familia y ser como uno más que vive en su casa, necesitas: Un corazón puro, mirada limpia, rostro encendido y propagar el Evangelio.
– Un corazón puro con el pensamiento que es la puerta por donde entran todas las impurezas: odios, envidias, pensamientos sobre el yo, yo por encima de todos, yo siempre etc.
– Si el pensamiento se dominó y no se consiente el mal, la mirada será limpia porque verá a Dios en todos y en todo y reflejará en su pupila al Señor, ¿cabe mayor limpieza?
– El rostro encendido de alegría y amor, el fuego del alma enciende el rostro. La expresión de nuestra cara es reflejo de la vida interior.
– El Evangelio se propaga de dos formas:
Predicando: Misioneros, sacerdotes, catequistas, amigos, conversaciones…
Viviéndolo: santos.
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Si es que Dios no se conforma con menos. Predicar y… ser santos. Tampoco nosotros hemos de conformarnos con cualquier cosa.
El Evangelio también se propaga por contagio….Si vivimos en Evangelio según la medida de nuestras fuerzas , procurarndo cada día mejorar , los que tratan con nosotros pueden fijarse en nuestro comportamiento….De niña me gustaba mucho leer vidas de santos y sin darme cuenta estaba leyendo vidas que se habían gastado y desgastado por el Evangelio.
Un abrazo amiga.
http://www.isladesentimientos.es/
Los pensamientos son difíciles de dominar. Lo que sí es un trabajo quizá más productivo a largo plazo es reeducarse en la obediencia a la Palabra, Dios hará el resto.
Un abrazo. Pablo.