Espíritu Divino, entra hasta las profundidades de mi alma y enciende en ella el fuego que nunca se apaga. Ven, Señor de la vida, y lléname hasta rebosar. Entra en mí, Sabiduría de Dios, y hazme santa. Dame el entendimiento para conocer tu voluntad y comprender tu Palabra. Inúndame del don del consejo para que camine por las sendas de la entrega y del amor. Que tu fuerza esté en mí para superar la timidez y la agresividad. Que me llene de la ciencia que me permite discernir entre el bien y el mal. Planta en mi interior la semilla de la piedad para que todas mis acciones estén dirigidas a mayor Gloria de Dios. Lléname de temor de Dios para que el miedo a no ser grata a Él me lleve a caminar bajo su mirada siempre.
Pentecostés
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Ven, Señor de la vida, y lléname hasta rebosar.
Un abrazo y feliz día.
Ven a mí, Espíritu Santo,
agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre
en la vida y en la alegría sin fin.
Amén.
¡¡FELIZ PENTECOSTÉS!!
Un abrazo
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