Mi vida es Cristo que vive y me da la vida. Sin Él sólo hay muerte.
No nos dejemos engañar por el padre de la mentira, busquemos la verdad y seremos libres. No temamos a la muerte del cuerpo porque, si queremos, no estaremos solos, Él estará con nosotros antes de atravesar la puerta y será con nosotros después
Cogidos de la mano con María, iremos por buen camino.
Un abrazo, amiga
http://www.isladesentimientos.es/
«¡Mi vida es Cristo!!
Precioso, para pensarlo y vivirlo.
En este tiempo de Adviento la Santísima Virgen nos acompaña, Ella que es la que mejor puede decirlo.
Un abrazo.
«No temamos a la muerte del cuerpo». La ruptura que se produce con la única vida que conocemos a través de nuestros sentidos, produce inquietud, y quizá más que la muerte el miedo al sufrimiento. La fe es lo único que nos puede ayudar al cruzar esta puerta.
Un abrazo.
Pablo.