Querido maestro, ayer me diste una nueva lección llena de sabiduría, la del desprendimiento, la de no estar atados a nada ni a nadie, sólo a Dios. Ayer, querido papa como otros días, transmites la paz de la Iglesia de Cristo porque esta barca, en la que viajo al corazón de Dios, no naufragará jamás. Sé que Él ya tiene preparadoell nuevo guía y por eso sólo puedo decir: «Gracias Dios por cuidar de nosotros».
Me parece muy bien, o que ha hecho nuestro Papa, Benedicto XVI, si no se ve con fuerzas físicas.
Agradezcamos al Papa todo lo que ha hecho y oremos por él, por la Iglesia y por el nuevo Papa….
Un abrazo, amiga.
http://www.isladesentimientos.es/