- Acto de fe: «creo que Señor que eres el Divino doctor, Hijo de Dios, encarnado por amor a mí. Vienes a sanarme con tus heridas»
- Acto de confianza: «confío en ti Señor porque tus promesas son eternas y quieres mi bien. Enséñame a conocer mi bien abriéndote mi alma y mis heridas»
- Acto de amor: «te amo Señor porque me has amado tú primero. Te amo Señor porque me lo has demostrado con tu amor, con tus heridas que siguen abiertas para que yo me esconda en ellas»
- Acto de entrega: «te entrego mi historia, mi pasado, mi presente y mi futuro. Con mi historia te entrego los capítulos tristes y los alegres. Mis heridas, confusiones, dolores, ofensas, traiciones, infidelidades, indiferencias, pecados, pérdidas, abusos, rencores, todo. Las que he sufrido y las que he hecho yo sufrir a mis hermanos. Con mi presente te entrego mis cruces diarias, mis amores, mis dolores. Con mi futuro te entrego lo que soy y puedo ser, mis anhelos, mis sueños y mis penas futuras».
- Acto de «despojo»: despojarse de toda vestidura, protección, careta. Desnudar el alma ante Dios, presentarle mis heridas como son, donde están. No hay nada oculto para Dios. «Así soy Señor, así he sufrido, están son mis heridas, tú las conoces, aquí te las presento con cierto temblor pero a la vez confianza. Es mi vida, mi historia, mi identidad. No lo puedo cambiar, pero sí puedo dejar que me sanes».
- Acto de humildad: «entra Señor en mis heridas, me duele abrírtelas, me humilla volver a ellas, pero sé que hasta que no sean tuyas, no sanarán. Tuyas son, habítalas; tuyas son, sánalas». Autor: P. Guillermo, L.C.; publicado originalmente en: http://www.la-oracion.com
¡¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!!
Un abrazo, amiga
http://www.isladesentimientos.es/