¡Ay Padre! Perdónanos por no amarte. Ninguno de tus hijos de amaba y ninguno se parecía a Ti. Encerrados en si mismos, cada unos de ellos atendían a la herencia que perece e ignoraban la riqueza que tu les ofertabas.
¡Ay Padre! Perdóname a mí porqque yo soy los dos hijos en uno. Mi corazón, endurecido por el pecado se cierra a tu Amor. Ayúdame a convertirme a Ti y amarte. Aún se escucha la voz de S Francisco que a través de los siglos clama: «El Amor no es amado». Ten piedad de mi falta de amor, ten piedad.
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