Dios te salve, María, llena eres de dolores; Jesús crucificado está contigo; digna eres de llorada y compadecida entre todas las mujeres, y digno es de ser llorado y compadecido Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Santa María, Madre del Crucificado, da lágrimas a nosotros crucificadores de tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Nos ponemos junto a ella para entrar también en ese dolor de la Madre y con ella comenzaremos el camino de la Pascua. Con María entraremos en el sepulcro para depositar ante el cuerpo de Jesús todo lo que nos destroza, incomoda, lo que no nos hace avanzar, lo que nos quita la alegría.
Abrazos, besos y bendiciones!
Con cariño,
Betsi.
Santa María, Madre de Jesús Crucificado y Resucitado….Perdona nuestro pecado, como Madre que eres y compadécete de tus hijos que te amamos a pesar de nuestras debilidades. Te confiamos el corazón endurecido de la humanidad que sigue crucificando a quienes explotan, infravaloran, esclavizan para que igual que hiciste en las Bodas de Caná haya un cambio en sus corazones …Ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.