Hoy nace una clara estrella
tan divina y celestial,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
De Ana y de Joaquín oriente
de aquesta estrella divina
sale su luz clara y dina
de ser pura eternamente:
el Alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella,
y con luz tan celestial;
que con ser estrella, es tal,
que del mismo sol nace della. Lope de Vega
Hoy es uno de los días grandes en la historia de la humanidad ya que celebramos el nacimiento de la mujer perfecta en su totalidad; Ella siempre estuvo donde tenía que estar e hizo lo que tenía que hacer: “La voluntad de Dios”. Permaneció fiel al Amor, fue reina de la humildad y la única, que siendo ser humano solamente, pisó la cabeza de la serpiente. La llamamos Bienaventurada de generación en generación y su nombre ha sido, es y será invocado por millones de personas. Ella tiene el título de Inmaculada y la rodean las doce estrellas de la perfección.
Su nacimiento pasó inadvertido en el mundo a pesar de la promesa que la anunciaba. Después de que transcurrieron 50 años, su nombre y su vida pasaron a ocupar el primer lugar entre los protagonistas de la historia, a continuación del de su Hijo, Jesús.
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