El Adviento es un tiempo para preparar una cuna en nuestro corazón para el niño Jesús. Fíjate en la entrega, dedicación, dulzura y amor con los que las madres realizan todos los preparativos en espera de un bebé. Así debes pensar, sonreír, orar, amar y, sobre todo, comulgar para hacer ese sitio en ti, donde Jesús descanse.
Una cuna
Esta entrada fue publicada en Adviento, Amor, Jesús y etiquetada alma, amor, camino, Corazón de Jesús, cuna en nuestro corazón, El Niño Jesús, Espíritu, Jesús, oración, vida espiritual. Guarda el enlace permanente.
Mirad las estrellas fulgentes brillar,
sus luces anuncian que Dios ahí está,
la noche en silencio, la noche en su paz,
murmura esperanzas cumpliéndose ya.
Los ángeles santos, que vienen y van,
preparan caminos por donde vendrá
el Hijo del Padre, el Verbo eternal,
al mundo del hombre en carne mortal.
Abrid vuestras puertas, ciudades de paz,
que el rey de la gloria ya pronto vendrá;
abrid corazones, hermanos, cantad
que vuestra esperanza cumplida será.
Los justos sabían que el hambre de Dios
vendría a colmarla el Dios del Amor,
su Vida en su vida, su Amor en su amor
serían un día su gracia y su don.
Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor,
los hombres hermanos esperan tu voz,
tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor.
Ven pronto, Mesías, sé Dios Salvador. Amén