Asómbrate mirando las raíces del árbol, son perfectas buscando el agua y el alimento en el interior de la tierra. Así debes buscar tu alimento en el interior del Corazón de Cristo. Enraízate en Él y permite que llegue a todos tus rincones y esquinas el Amor con el que te alimenta.
Si puedes comulga a diario. Piensa que tu alimento tiene que ser la Carne y la Sangre de un Hombre que murió y resucitó para que el mal del pecado original, y de todos los demás pecados que tu tengas, se vaya eliminando un poco cada día y así, tu carne mortal se convertirá al final en carne resucitada.
Debe estar conectado para enviar un comentario.