Mira a María, subió al Calvario y esperó. Aprende a esperar y, aunque a tu alrededor todas las voces digan no, escucha el susurro suave del Amor muy adentro que te dice:
Sí, sé tú la ternura, sé tu la que ama, sé tú la que se entrega, sé tú la que vive y contagia a su alrededor para que otros vivan.
Esperanza
Esta entrada fue publicada en Virtudes y etiquetada Calvario, esperanza, María, Santidad, vida espiritual. Guarda el enlace permanente.
Debe estar conectado para enviar un comentario.