María, la más bella a los ojos de Dios; yo me pregunto cómo es esta mujer para que todo un Dios se recree en Ella. Yo la imagino, en sus años de vida terrena, con todo su ser en Dios. Una vida cumpliendo la voluntad del Padre, siendo compañera, amiga y Madre del Hijo en su tarea de redentor y dejando que el Espíritu Santo la ilumine y guíe con toda plenitud. Y ahora en el cielo como la Santa más santa, como la Reina que venció al mal y como la que ruega a Dios por todos nosotros, sus hijos.
Santa María templo y Sagrario de la Trinidad, ruega por nosotros, amén.
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