Oigo muchos consejos que son fruto de supersticiones para esta fecha y esta hora: Que si me visto de rojo, que si me atraganto con las uvas, que si…. y ¿de dónde sale todo esto? pues de la nada; sí, estás leyendo bien, de la nada, o aún peor sale del mismo Satanás. Tenemos que tener cuidado porque se abre una puerta pequeña y de broma, y por ella se cuela el mal.
¿Quieres empezar bien el año? pues invoca al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
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