«Cuando era muy pequeña Dios habitaba en mi alma de una forma plena ya que no existía nadie y nada que me llenara como Él me llenó y así, renunciando a todo me enseñó que lo tenía todo». María de Nazaret
La Devoción al Inmaculado Corazón de María, a ese Corazón limpio de todo mal se extiende desde el inicio del cristianismo hasta la actualidad y es un camino de perfección para el alma. Si imitamos a María llegaremos a Jesús.
No os alejéis de esta Maestra espiritual que es Santa entre todas las santas.
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