
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume. Juan 12:3
Y tu casa ¿también está impregnada del olor a Cristo?
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Jesús,
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Un gusto pasar por tu espacio Maribel. Que Dios la bendiga.
Saludos fraternos desde Lima Perú.