ACORDAOS ¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!. de inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable,
llenos de confianza en vuestros merecimientos, venimos a implorar vuestra protección. ¡Oh Tesorera celestial del Corazón de Jesús! de
ese Corazón que es manantial inagotable de todas las gracias, el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos
los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra, concédenos, os lo suplicamos, los favores que pedimos…
(SEÑALESE LA GRACIA QUE SE IMPLORA). No, no podemos salir desairados
y puesto que sois nuestra Madre ¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignos atenderlos. Así sea.
ELLA ES LA ESPERANZA DE LOS DESESPERADOS
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