Maestro, ¿por qué me miras tan triste?
Hoy escucho en el Evangelio:
Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: «¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios.»
Palabra del Señor.
Maestro, ayúdame a comprender tu mensaje de paz, dame la vista para ver la llegada de tu Reino en mi vida. Sé que viniste a ayudarme a construir, aunque para ello tengas que derribar viejas murallas.
Ayúdame a abrir mi corazón para que el egoísmo salga de él. No quiero que me rodeen mis enemigos y me ataquen si Tu no eres mi fortaleza, porque entonces estoy perdida. De mi no quedará piedra sobre piedra si no me socorres, por eso reconozco mi ceguera y pido mi sanación.
“Dios prefiere llorar de impotencia en Jesús antes que privar al hombre de su libertad".
Stöger.
Permíteme subrayar: “Dios prefiere llorar de impotencia en Jesús antes que privar al hombre de su libertad". Saludos.