Mira mi Niño, se hizo pequeño y está en mis brazos, Él se fía de mi y yo de Él porque sé que es Dios. Avanza, acércate a nosotros, ven a Él y verás las maravillas del Señor como yo las vi. Si quieres tener a alguien que te ayude, te consuele, te comprenda, te ame y te deje ser libre, entonces acepta el ofrecimiento que yo te hago desde mis brazos a los tuyos. Ven a comulgar a su mesa, verás como Él se hace pequeño también para ti, y se coloca en tus manos y en tu vida con confianza. Es tan fácil ser feliz con Él.
María