Madre de Dios

misticarosa
Mira mi Niño, se hizo pequeño y está en mis brazos, Él se fía de mi y yo de Él porque sé que es Dios. Avanza, acércate a nosotros, ven a Él y verás las maravillas del Señor como yo las vi.  Si quieres tener a alguien que  te ayude, te consuele, te comprenda, te ame y te deje ser libre, entonces acepta el ofrecimiento que yo te hago desde mis brazos a los tuyos. Ven a comulgar a su mesa, verás como Él se hace pequeño también para ti, y se coloca en tus manos y en tu vida con confianza.  Es tan fácil  ser feliz  con Él.

                                                     María

Esta entrada fue publicada en Vida. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario