La santidad no se improvisa, no se consigue de un día para otro. La santidad es un camino de subida hacia la altura y supone esfuerzo y trabajo personal. Es sólo para esforzados que tienen fuerza de voluntad y saben perseverar sin volver atrás. Quizás necesitemos toda la vida para prepararnos y madurar lo suficiente, o quizás Dios nos regale la santidad en el último momento como un don, en consideración a tantos años de oración, pidiéndole esta gracia. Dios tiene caminos distintos para cada uno. Lo importante es no desanimarnose nunca en este camino, que, a veces, está lleno de piedras y espinas. Cada camino es único y distinto al de todos los otros santos. Dios tiene para cada uno de nosotros un plan único. No somos fotocopia de otros santos, sino una flor única en el jardín de Dios. Por eso, no dejemos nunca la oración personal por mucho cansancio que sintamos y, dado que la santidad es una conquista personal y un regalo de Dios, debemos pedirla todos los días. Dile a Dios todos los días: “Señor, hazme santo o santa”. Y pide a todos los que puedas que te ayuden con sus oraciones por “una intención especial”. Así podrás obtener muchas bendiciones, porque otros muchos te encomiendan en sus oraciones.Dios te bendiga !!Betsi.
La santidad no se improvisa, no se consigue de un día para otro. La santidad es un camino de subida hacia la altura y supone esfuerzo y trabajo personal. Es sólo para esforzados que tienen fuerza de voluntad y saben perseverar sin volver atrás. Quizás necesitemos toda la vida para prepararnos y madurar lo suficiente, o quizás Dios nos regale la santidad en el último momento como un don, en consideración a tantos años de oración, pidiéndole esta gracia. Dios tiene caminos distintos para cada uno. Lo importante es no desanimarnose nunca en este camino, que, a veces, está lleno de piedras y espinas. Cada camino es único y distinto al de todos los otros santos. Dios tiene para cada uno de nosotros un plan único. No somos fotocopia de otros santos, sino una flor única en el jardín de Dios. Por eso, no dejemos nunca la oración personal por mucho cansancio que sintamos y, dado que la santidad es una conquista personal y un regalo de Dios, debemos pedirla todos los días. Dile a Dios todos los días: “Señor, hazme santo o santa”. Y pide a todos los que puedas que te ayuden con sus oraciones por “una intención especial”. Así podrás obtener muchas bendiciones, porque otros muchos te encomiendan en sus oraciones.Dios te bendiga !!Betsi.