Jesús, ¿quieres construir el edificio de mi vida?
Muchas veces estamos ciegos y sordos a la Divinidad. Los oídos y ojos se abren con las ayudas del Espíritu Santo:
La Paciencia: “Estoy en la presencia de Dios, Él me ve y sabe lo que me ocurre”.
La Templanza: Tener temple para enfrentarse a los los retos de la vida. Temple que da el Espíritu Santo, temple del fuerte, temple que no sucumbe a las tentaciones. Sé templado, pide ayuda en la tentación: “Señor, te ruego que me apartes de todo lo que me altera en mi unión contigo”.
La Sabiduría: Don maravilloso de Dios. El sabio vive su vida con amor, es feliz y tiene la alegría de Dios en su alma. El sabio no se desespera, no presume, no se altera, relativiza las cosas materiales del mundo sabiéndolas préstamos de Dios (incluido el cuerpo). El sabio madura con el tiempo ya que su inteligencia aumenta lo aprendido para ser utilizado para la Gloria de Dios. “Abre los ojos y me verás, limpia tus oídos y me escucharás”.
Hoy es un gran día regalo de Dios, agradécelo.
Magnífica entrada Maribel! Hoy, precisamente hoy,necesito abrir mis ojos y limpiar mis oídos ,para ver y escuhar a Dios.Y él me ha concedido la gracia de buscarle y encontrarle aquí en tu blog. Espíritu Santo ven a mi vida y lléname , inúndame de tus maravillosos dones y las sombras que amenazan, huirán delanre de Tí!!!! Abrazos :María Luisa
Feliz jornada. Que Dios nos haga realmente sabios, con la sabiduría del Espíritu.