Señor, ayúdame a calmar mi sed en Tí para que pueda dar de beber a otros. Sin tu agua viva camineré llena de ansiedades profundas y moriré en desierto. Sólo Tú calmas mi alma e iluminas mi espíritu.
Agua que brota del costado de Cristo para llenarme de Vida, agua que lava las heridas y baja la fiebre del pecado, agua que riega la tierra para hacerla fructífera; que yo no desperdicie ni una sóla gota ya que su valor es infinito porque me librará de la muerte eterna.
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Gracias, Maribel. Visitar tu blog es orar…
Un fuerte abrazo
Dios te bendigas amiga , eres un manantial de bondad. besos
Cristo nos calma la sed, no llena de agua de vida, nos acoje y abraza con su manantial de amor.
Saludos
Ana
Maribel, que el Señor sea para ti el agua que calme tu sed de amor y te refresque para que la vida fluya en ti y se convierta también en fuente de bendición para los demás.
Con cariño,
Betsi.