Si no transmito a Dios de nada me sirve todo lo que hago.
Si no transmito a Dios en mi vida y en mis palabras entonces es que estoy cerrada al mundo que me ve y me escucha.
Si no transmito a Dios es que no vivo despierta sino dormida.
Si no transmito a Dios ¿de que me vale la vida?
Si no transmito a Dios no cumplo su mandato ya que no se enciende una luz para ocultarla en un cajón. El tesoro más grande de mi vida es mi relación con Dios, Él me llena de la mañana a la noche y en mi sueño me acoge librándome de las tinieblas.
He encontrado la puerta por donde pasar a la Vida, he descubierto como ser feliz pero si no amo, Dios es Amor, no transmito a Dios y todo lo demás se me quitará, la puerta se cerrará y la infelicidad reinará en mí.
Señor, ayúdame a transmitirte a los demás, que el Amor con que me obsequias sea como una fuente que mana hacia mis hermanos.
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En el camino hacia Dios nos acompaña María 
Ya lo transmites, y Él lo sabe. Sabes como darle a los demás para que le conozcan . Gracias
Ana
¿Podríamos decir a un incrédulo para que creyera:Quién me ve a mí ve al Padre? ¿Podríamos sin engañarnos ni engañar, probrar que mis labios pronuncian la Palabra viva del Padre y dan a luz a Cristo? Somos una sola cosa con Aquél que nos creó y con Aquél que nos redimió?¿Con la ayuda del -Espíritu Santo asistimos en la necesidad a nuestros hermanos en Cristo Jesús? Si así lo hacemos, es que estamos transmitiendo a Dios y lo estamos dando a conocer.
Bendiciones y un fuerte abrazo:María Luisa
Señor, dame la llave para que se abra la puerta de mi corazón para que yo pueda entrar en mi interioridad y descubra que tú vives en mí. Abreme la puerta para que pueda ingresar a nuevas áreas de mi vida, para que descubra una perspectiva que dé sentido a mi vida. Muéstrame en todo lo que me moviliza que tú estás conmigo. Eres la puerta que lleva a la morada en la cual yo me encuentro a mí misma, encuentro a mis amigos, encuentro la vida.
Maribel, que Dios siga iluminando tu andar por la vida !!
Con afecto,
Betsi.
Ya lo dijo Pablo: ¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!