
La confianza en Dios parte del hecho de considerarnos criaturas de Él. Todo lo que somos y tenemos (excepto el mal) vienen de Dios, a Él se lo debemos y a Él debemos retornarlo para que lo cuide. Nada hace tan hermoso al ser humano como el ponerse en las manos de Dios para todo porque entonces su rostro empieza a reflejar el rostro del Señor.
Cuando nos hacemos dueños de nuestro cuerpo y alma, entonces nuestro rostro deja de ser luz para convertirse en espejo de las tinieblas. Procuremos no caer en esto pidiendo ayuda a nuestro Padre por todos nosotros.
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El abandonarse en las manos de Dios, sabiendo que nos ama infinitamente porque es un Padre con amor de MADRE….Es un consuelo y nos llena de esperanza
Un abrazo amiga
http://www.isladesentimientos.es/
Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios ¡Que el mal no nos robe lo que Dios nos dió!Maribel te he dejado una respuesta en mi blog, a la pregunta que hiciste en tu comentario.(tenía que haber pensado que podía interpretarse fuera del contexto ¡Error!)
Feliz comienzo de semana y muchas bendiciones:M.Luisa
Como un niño en brazos de su madre… Es una imagen que siempre me ha impresionado y a la vez me llena de ternura.
Yo siempre confio en Él y siempre le tengo cerca. Besos
Ana
«Como un niño en brazos de su madre». ¿Existe otra forma mejor, de definir la confianza en Dios? El Señor aún supera las palabras del salmista (Salmo 130). “¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré (Is. 49,15).
Maribel, Dios te cuide y proteja !!
Betsi.