
En las lecturas de la celebración de la Eucaristía de hoy se escucha a Dios, con toda claridad, hablándonos para este tiempo en el que el mundo padece una grave crisis económica que es consecuencia de una crisis derivada del hecho de que los poderes del mundo han dado la espalda a Dios y, a través de los medios de comunicación, han conseguido que muchos seres humanos vivan como si Dios no existiera.
En el libro de Jonás, Capítulo 3 leemos: «Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió». Las amenazas eran más bien advertencias, cuando nos desviamos del camino de salvación y no escuchamos a aquellos que Dios pone para avisarnos, no le queda otro remedio que hablarnos de otra forma. Cuantas veces una enfermedad, una pérdida económica etc. nos han empujado a volver a la casa del Padre. Ahora, que la crisis económica de los llamados países ricos (los pobres ya vivían en ella) cabalga sobre la crisis moral, que los cristianos llamamos pecado, el Señor nos sigue anunciando:
Evangelio según San Marcos, Capítulo 1: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». Si permitimos a Dios entrar en nuestras vidas y dejamos que Él las tenga en sus manos, estoy segura que desaparecerían todos estos males que en la actualidad nos ensombrecen y obligaríamos a nuestros gobiernos a cambiar las leyes que tanto ofenden a Dios.
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►»«Creed en esta Buena Noticia». Tomadla en serio. Despertad de la indiferencia. Movilizad vuestras energías. Creed que es posible humanizar el mundo. Creed en la fuerza liberadora del Evangelio. Creed que es posible la transformación. Introducid en el mundo la confianza.
¿Qué hemos hecho de este mensaje apasionante Jesús? ¿Cómo lo hemos podido olvidar? ¿Con qué lo hemos sustituido? ¿En qué nos estamos entreteniendo si lo primero es «buscar el reino de Dios y su justicia»? ¿Cómo podemos vivir tranquilos observando que el proyecto creador de Dios de una tierra llena de paz y de justicia está siendo aniquilado por los hombres?»◄
Un abrazo, amiga
http://www.isladesentimientos.es/
Todo camino de fe exige, como previo, la conversión. Iniciar un cara a cara con Dios requiere decisión interior, despojo de toda idolatría, de falsas creencias.
Creer la Buena Noticia es adherirse a Cristo, comprometerse con su causa y ponerse en camino para proclamar el evangelio con la palabra de la vida.
Si Jesús nos dice; ¡Ven conmigo!, respiremos profundo, escuchemos su llamada, dejemos comodidades y ¡Sigamos a Jesús!.
¡Dichosos los mensajeros de esta Buena Noticia!
Abrazos,
Betsi.
«Ahora, que la crisis económica de los llamados países ricos (los pobres ya vivían en ella) cabalga sobre la crisis moral, que los cristianos llamamos pecado, el Señor nos sigue anunciando.»
La solución a los males de este mundo siempre se resume en el mandamiento del amor.
Un abrazo. Pablo.