Alegoría franciscana a la Sangre de Cristo. Museo Catedralíceo de Málaga
Tú vales mucho, tú vales la Sangre de Cristo. No pienses que no vales nada, eso es una tentación del maligno; deséchala y arrójala fuera de tí con la oración y súplica al Padre.
Todos tienen ese precio, el más alto; por eso respeta siempre su dignidad y recuerda lo que Jesús pagó por cada uno; entonces te será más fácil perdonar y olvidar para parecerte más a Dios hasta ser como un espejo que lo refleje en el mundo.
¡Gracias! Jesús, por tu Sangre preciosa derramada por nosotros.
Haz que sepamos reflejar tu imagen de amor, paz, misericordia.
Un abrazo.
¡Gracias! Jesús, por tu Sangre preciosa derramada por nosotros.
Haz que sepamos reflejar tu imagen de amor, paz, misericordia.
Un abrazo