No vuelvas a pensar que estás solo, no caigas en la angustia, no permitas que la tristeza te invada, ten siempre la esperanza de que mañana será mejor que hoy y ten fe en que ya el mal no tiene poder sobre ti y todo esto porque eres un hijo de Dios. Él te ama tanto que quiso hacerse uno como tú para poder unirse a ti. Cuando la tormenta arrecia en tu vida piensa siempre en ese Niño Dios que se deja mecer en un pobre pesebre por amor. Medita este gran misterio que cambia nuestra historia y además coloca de nuevo cada cosa en su sitio en el trastocado mundo al que llega Jesús. Pídele un sitio cerca de ese pesebre y así podrás escuchar las nanas de María que ora por ti trasmitiéndote la gran paz de Dios que llena su alma. Acurrúcate al lado del pesebre de Jesús y encontrarás lo que no te puedes imaginar: el cielo en la tierra.
¡Felicidades porque hoy es Navidad!
¡¡Feliz Navidad!!
Un abrazo, amiga!!
Precioso mensaje navideño