El misterio de la Navidad
Hace algunos años que, durante el Adviento, me atrae notablemente lo concreto de la historia de la Navidad, tan normal, tan tangible: La incómoda situación del último mes del embarazo, la necesidad de encontrar un lugar protegido y un descanso, paja, madera, pañales, el olor de los animales del establo, el llanto del recién nacido.
Pero, este año, es el remolino del misterio que se presenta sobre y a lo largo de la narrativa, el que captura mi imaginación. En una homilía del Adviento, el sacerdote citó a un teólogo que dijo que el pensar sobre Dios es como tratar de dibujar un ave durante su vuelo.
“O terminas con detalles de sus alas fijas en una posición, con sus plumas, ojos y garras congeladas, lo que permite el examen del dibujo,” decía el teólogo, “o terminas con un borrón que oculta todo el detalle; pero captura la velocidad y el movimiento.”
Y agregaba: “Somos todos teólogos, y todos visualizamos distintos conceptos de Dios, unos en detalle y otros en movimiento. ¿Escogimos una imagen sobre otra, o elegimos a las dos con sus diferencias?”
A veces visualizo la imagen del “ave”, cuando pienso en Dios como un punto lejano, volando en lo alto del cielo. Otras veces lo veo fuera de mi ventana, lo que me permite apreciar el detalle y color de sus plumas, antes que vuele lejos.
Jennifer Grant
Corazón de María,Corazón abierto a la Palabra,ayúdanos a estar disponibles a los planes de Dios.Aprendamos a cambiar nuestros esquemas,planteamientos,ocupaciones y seamos más de Él,como Tú.