Tu dulzura, Señor, me maravilla.
Tu dulzura, Señor, me enardece para alcanzar las más altas cotas de la vida.
Tu dulzura, Señor, es mi meta.
Tu dulzura es miel en mi boca, es la música más hermosa jamás escuchada.
Tu dulzura es el atardecer soñado.
Tu dulzura será lo primero que veré en mi muerte, entonces no querré volver atrás a las pesadas cargas del alma.
Tu dulzura me enamora, me abrasa, me confunde.
Tu dulzura la amo.
Tu dulzura sana mis heridas.
Tu dulzura rompe las ataduras del mal.
Tu dulzura deja vacías las sepulturas.
Tu dulzura me acuna cuando ruge la tempestad.
Tu dulzura es mi amor.
La dulzura de Dios.
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