
Sagrada Familia, de Josep Llimona. en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
Para formar parte de esta familia y ser como uno más que vive en su casa, necesitas: Un corazón puro, mirada limpia, rostro encendido y propagar el Evangelio.
– Un corazón puro con el pensamiento, que es la puerta por donde entran todas las impurezas: odios, envidias, pensamientos sobre el yo, como «yo por encima de todos», «yo siempre», etc.
– Si el pensamiento se dominó y no se consiente el mal, entonces la mirada será limpia porque verá a Dios en todos y en todo y reflejará en su pupila al Señor, ¿cabe mayor limpieza?
– El rostro encendido de alegría y amor, el fuego del alma enciende el rostro. La expresión de nuestra cara es reflejo de la vida interior.
– El Evangelio se propaga de dos formas:
Predicando: Misioneros, sacerdotes, catequistas, amigos, conversaciones…
Viviéndolo: santos.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado
Debe estar conectado para enviar un comentario.