Oye, ansioso y turbador, el rey tirano,
que ha nacido en Belén el rey de reyes,
el que viene a cambiar todas las leyes,
y a remover el corazón humano.»
Con la nueva, exclamó loco de saña:
«Si este pequeño vive soy depuesto.
Ministro, empuña el sable, vete presto.
«Las cunas con la sangre riega y baña.
¿Qué aprovecha delito tan extraño?
¿De qué sirven a Herodes sus maldades?
Ejemplo son de tantas crueldades,
en que el hombre se ciega haciendo daño.
Jesús, tú que escapaste de su espada,
ayuda a quienes hoy huir no pueden,
no dejes que los hombres hoy se queden,
hundidos en violencia despiadada.
Sabes, Señor, que Herodes todavía,
reina de los hombres en el corazón;
convierte, Cristo, esta violencia mía,
en pacífica siembra de tu amor».
Himno de Laudes
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