Su Misericordia me envuelve y penetra en lo más hondo de mi ser sanando todas las heridas que el pecado dejó en mí. Mi Señor es Misericordioso porque es Amor y no puede ser de otra forma.
Si meditas en su Misericordia infinita y te acoges a ella, entonces desaparecerán todas tus culpas y el corazón se te ensanchará con la alegría de la Vida.
María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos porque contemplaron a Jesús en su Misericordia y por eso se llenaron de hermosura divina.
DIARIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA
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