En el día y en la noche soy del Señor, Él me guarda y me conduce, abre todas las puertas de la vida y me cierra las de la muerte. Siempre apuesto con el Señor, por eso soy una ganadora. Bebo en la fuente sagrada de las aguas eternas. Mis caminos llevan flores y mi vida lleva amor. Si me desvío y me pierdo, mi buen Padre es capaz de bajar a los infiernos para rescatarme. Siempre me sale al encuentro, siempre me avisa del peligro, siempre está a mi lado, su compañía es dulzura para mi tiempo. En Él me apoyo y sin Él nada soy.
Sé que soy afortunada porque mi Padre es Dios.
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En Él me apoyo y sin Él nada soy.
Sé que soy afortunada porque mi Padre es Dios.
¡¡Que verdad más consoladora!!
Un fuerte abrazo
El siempre está aún en los momentos duros
Ana
Es mi pastor, Él me conduce pues es mi pastor… Un abrazo.
El Señor siempre se deja encontrar y si no lo buscamos, Él nos busca y nos rescata de las garras del león rugiente.Sigamos apostando al Señor , es la única ganancia que nadie puede superar.Abrazos :M.Luisa
El ilumina todo tu ser, se ve claridad a tu alrededor y la vida cobra otro color.
Vale la pena que vivas siempre en su luz.
Maribel, Dios te colme de bendiciones !!
Betsi.