«La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado». Juan 17:3.
Cada vez que leo el Evangelio quedo prendida rápidamente de algún párrafo. El de la misa de hoy me deja esta valiosa joya, entre otras muchas, como fuente de felicidad y alejamiento de todos los miedos. ¿Cuánto tiempo y dinero gasta nuestra sociedad en el vano intento de detener el paso del tiempo? ¿Cuánto en ocultar la muerte, a pesar de ser un hecho innegable para todos? ¿Cuánto tiempo dedica a la preparación del acontecimiento más seguro de nuestra existencia? Antes o después va a llegar el instante en que todos tendremos que abandonar nuestro cuerpo para vivir de otra forma.
¿Sabías que la eternidad comienza aquí? Fíjate en lo que nos dice Jesús: «La vida eterna consiste en conocer a Dios y a Jesucristo». Al conocer a Dios y establecer un diálogo con Él, permitimos que la Sabiduría me vaya revelando las verdades de la vida y para que nací.
Si todavía no empezaste a conocer a Dios, no pierdas más tiempo y empieza ya. Pídele ayuda con toda humildad para esta tarea; deja que poco a poco prenda el fuego del Amor en ti y que tu voluntad se vaya conformando con la de Él. Verás como tu vida se transforma y aprenderás a resucitar.
“La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado”. Juan 17:3.