Hoy es víspera de una celebración extraordinaria que nos puede ayudar mucho en la reflexión y discernimiento sobre:
El Amor de Dios, su grandeza y misericordia que le lleva a salir a nuestro encuentro en todas partes y lugar, y así, ante la primera caída nuestra promete el nacimiento de María y de Ella el de Jesús.
Nuestra dignidad de seres humanos por encima de todo lo creado en la Tierra. Dignidad que se dota de ella en el mismo instante de la concepción con un alma inmortal destina a ser habitada por Dios.
Un aviso para todos: Las fuentes de la vida son de Dios. Si se concibe un ser humanos sin Amor, es decir sin Dios, colaboramos con la cadena del mal que viene de nuestros primeros padres. No juguemos con la vida humana, dejemos que Dios sea su creador. Oremos para que los pecados contra las fuentes de la vida como aborto, fecundación in vitro etc. sean rechazados por la humanidad en su proceso de conversión.
Debe estar conectado para enviar un comentario.