Ven, porque sin Ti el corazón está vacío, el mundo sin luz y la esperanza muerta.
Ven, te esperamos abriendo nuestra vida para que seas el Rey.
Ven, entra en nosotros y transforma nuestra carne mortal en carne de resurrección.
Ven y déjanos acunarte como María y José en Belén.
Ven y muéstrame tus heridas para que jamás volvamos a temer.
Ven y sé nuestro refugio en las tempestades.
Ven y enséñanos a vivir.
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